Fuimos a la feria del libro a la presentación de "Entre atracción y repulsión". Saliendo de ahí, ya traíamos la idea de ir a comer unos caldos vietnamitas que están en contra esquina del Cecut a un lugar que se llama "Pequeño Saigón". Esta bien a toda madre el lugarcito, no se me figuró que estuviera adornado temáticamente, pero tampoco le puse mucha atención, traía hambre y lo que quería era comer.
La compañía, como siempre, de lo mejor: El Chino, su camarada Manuel, Mariana y yo. Nos llevaron el menú. El Chino, que es el experto, nos recomendó entrarle a lo básico, la Sopa Pho; que es un caldo de tallarines con carne de res en pequeños y delgados trocitos, cilantro y cebolla, aparte, en un plato te llevan lo que se le echa: albahaca, rebanadas de chile serrano, limón, y lo más chilo, chop suey crudo que se lo echas y con lo caliente del caldo se medio cocen, lo que hace que queden todavía crujientes, pero sin estar ya crudos. Mas la salsa Sriracha y otra de color negro que no se de que era, pero le iba muy bien al caldo. Todos pedimos lo mismo.
De tomar, Mariana té de jamaica y limón, los demás una Coca... que resultó que era de bote y para colmo gringo... pero las bebidas nos son el punto... o tal vez si, le pensaba pedir una probada a Mariana de su té, pero ya que me acordé, ya estaba bien lleno... me hubiera gustado probarlo, pero seguramente en otra ocasión será. Ah y para amarrar, el Chino pidió un rollo primavera de tofu, que te lo sirven con una salsa de cacahuate con algo agridulce que no tiene madre.
Desde que la mesera puso los caldos en la mesa, llegó el aroma. Sabíamos que íbamos a degustar algo bien chingón. Luego de eso, prepararlos, echarle su shop suey y todo lo demás, que te lleva un par de minutos... y ya te estas chingando de hambre, pero te esperas con gusto y placer a terminar de preparar el caldo, como debe de ser. Que desde el primer sorbo de caldo, este ya esté preparado a nuestro punto.
A guevo que vuelvo a comer ahí y a probar otras cosas de lo que ofrecen.
Excelente servicio. Entre 80 y 100 varos por persona.
Desde que la mesera puso los caldos en la mesa, llegó el aroma. Sabíamos que íbamos a degustar algo bien chingón. Luego de eso, prepararlos, echarle su shop suey y todo lo demás, que te lleva un par de minutos... y ya te estas chingando de hambre, pero te esperas con gusto y placer a terminar de preparar el caldo, como debe de ser. Que desde el primer sorbo de caldo, este ya esté preparado a nuestro punto.
A guevo que vuelvo a comer ahí y a probar otras cosas de lo que ofrecen.
Excelente servicio. Entre 80 y 100 varos por persona.
